Comienza: | 16-Oct-2023 , 9:00 am. | Finaliza: | 16-Oct-2023 , 3:00 pm. |
Observaciones: | |||
Imprescindible: | 0 |
Espolón Norte (línea roja discontinua) y rutas actuales del Buitre marcadas sobre ortofoto (Iberpix.IGN).
Un par de días libres entre semana, nieve en la sierra y una meteo buenísima eran la combinación ideal para ir a darle un tiento a esta ruta que tenía fichada ya hace algún tiempo. Se trata del marcado espolón que separa el Barranco del Diablo y el corredor Norte. Una línea formada por una sucesión de escalones rocosos que, enlazados por lomos de nieve, delimitan el espolón que acaba en la misma cumbre del Buitre, justo en la caseta, para ser exactos.
Una llamada a Nino basta para que sepa de qué estoy hablando:
– ¿Tienes un par de días para ir a “enredar un poco” a Sierra Nevada?
– Dime el sitio, por lo menos
– El Buitre. Cara Norte. ¿Hace?
– Ya, o sea, a pasar frío en las reuniones.
– Exacto, esa es la parte mala
– Tengo que arreglar lo del curro, pero cuenta conmigo.
Dos días después ya estamos en la tienda, durmiendo junto al coche en la pista del Buitre. Temprano, antes de que amanezca, ya vamos con las frontales para arriba. A las 8 de la mañana ya estamos casi a pie de vía. Comienza el ritual de siempre: saca las cosas de la mochila, ponte el arnés, arregla el material, pequeño piscolabis… y p’arriba.
Aunque la pendiente cada vez aprieta más y hay que escalar algún resalte de roca, la dificultad no es excesiva y nos permite ir por ahora desencordados (¡con mucho cuidadín!).
Vamos ganando metros por una vira ascendente a derechas hasta llegar a una travesía con una caída muy tonta, donde claramente es mejor atarse. Reunión.
El largo (60 m) es fácil, pero tiene algún que otro pasico que le da su punto. Dejamos un par de clavos abandonados que, además de marcar la vía, vendrán bastante bien, pues la roca es muy monolítica y el pitonaje no es fácil.
Continuando por la vira conseguimos superar este primer escalón rocoso que, con unos 130 m de altura, es el mayor de todos los que hay que escalar en la ruta.
Guardamos las cuerdas y seguimos el filo del espolón alternado tramos de pendiente – andando- con tramos escalando directamente resaltes o rodeando pequeños gendarmes de roca. La línea a seguir es la que marca el espolón, pero sin “enmarronarse” por donde no se vea claro. Para sorpresa nuestra van apareciendo canales, diedros y viras ascendentes que parecen puestas a propósito para superar fácilmente los resaltes, pero con ambientazo. Las dificultades son las justas para ir trepando (II-III) con algún paso aislado algo más difícil (IV).
Un diedro tumbado, chapado de nieve blanda, permite la salida del penúltimo escalón rocoso importante del espolón (después ya solo queda la pendiente final y el pequeño resalte rocoso bajo la cima). Visto desde abajo el diedro parecía más fácil, pero una vez metido en harina las cosas se ven de otra forma. Sin ser muy difícil (M4), aun no llevo 4-5 metros subidos y ya me he arrepentido de no haber sacado la cuerda. Con muuuucho tiento y calma, que hay algún que otro bloque mosqueante, superamos este último obstáculo.
El resalte rocoso final, justo bajo la cumbre, guardaba la última sorpresa de la ruta: una canal que se cuela y te lleva directamente a la caseta cimera.
¡CUMBRE!
Material recomendable: Cuerda de 60 m, juego de empotradores, juego de friends y 5-6 clavos.
Horario: 8 horas en total (4 h. para la vía)
Gracias por la sabrosa crónica, Félix. Las fotos ponen los dientes largos. Enhorabuena a los dos.
Muchas gracias Antonio. De eso se trata también, de fomentarlo un poco más… si cabe 😉